LAS CARAVAS, EL SOPLADO DE VIDRIO Y CABAÑAS DE POLENDOS
- Labor Laboris
- 24 abr 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 jun 2024
A TRAVÉS DE ESTOS DÍAS: Una sección diferente, especial y personal. Donde contaremos el "detrás de las cámaras" y expresaremos nuestras jornadas de grabación dando infinidad de detalles al estilo crónica.

Nos desplazamos hasta Cabañas de Polendos, Segovia. Esta localidad situada cerca de Cantimpalos tiene menos de 200 habitantes y refleja a la perfección un ejemplo de la famosa "España Vaciada". Sobre media mañana conseguimos aparcar tras unos cuantos minutos dando vueltas por las estrechas y empinadas calles del pueblo. La alta presencia de coches y furgonetas adelantaban que ese día habría más de 200 “cabezas” en el municipio.
Las calles del pueblo estaban decoradas con banderas de la Unión Europea y carteles que anunciaban el fin de semana tan importante en el que nos encontrábamos y es que, se estaban dando lugar los días europeos de la artesanía y los habitantes de Cabañas se vuelcan con su pueblo. Una batucada formada por más de veinte personas ponía sonido a las calles del pueblo y servía como guía para encontrar los diferentes talleres de artesanía.
Los talleres se encuentran en dos “Caravas” una palabra que hasta ese momento desconocíamos de su existencia. Las primeras situados cerca del restaurante del pueblo y las segundas ubicados detrás de la iglesia. Para empezar, acudimos a los primeros, donde podíamos encontrar talleres de bordado, textiles y de soplado de vidrio, este último era el que más expectación creaba entre los visitantes.
El obrador de soplado de vidrio está ubicado en una esquina al final de la calle, justo enfrente del restaurante de la localidad. Es un taller pequeño en el que no entran más de quince personas. Sin embargo, en la puerta hubo momentos donde se llegaron a juntar más de veinte personas que prácticamente se empujaban con el afán de poder ver algo sobre este arte, el soplado de vidrio.

Dentro, encontramos a Diego, un soplador de vidrio que lleva más de veinte años como profesional. Él junto a dos ayudantes manejan el taller gracias a varios hornos y múltiples herramientas que facilitan el trabajo, Después de hablar con Diego y conseguir unas buenas imágenes de los talleres que imparte para aprender el soplado de vidrio y llevarte una pieza artesanal hecha por ti mismo…llegó la hora de comer.
Para la comida, nos sentamos en el banco más aislado de todo el pueblo y charlamos sobre la entrevista previa que habíamos tenido y sobre como plantear el resto de la jornada de grabación. Después de este momento de respiro nos dirigimos al restaurante del pueblo para tomarnos un café y cargar energías para el resto del día. Mientras revisábamos que las imágenes grabadas eran correctas, algún vecino del pueblo se preguntaba acerca de nuestra presencia en este y la existencia de cámaras delante de ellos.
Después de todo tipo de pausa y recargar pilas…nos dirigimos hacia las segundas “Caravas”. Allí encontramos a Álvaro, un tímido ceramista que no quería aparecer delante de las cámaras pero sin embargo nos ofreció una buena información sobre la historia del pueblo y nos facilitó la dirección del antiguo alcalde de este, Emilio García.
Acompañados por la caída del sol, nos dirigimos a la zona más alta del pueblo, concretamente, a un local escondido y alejado de las zonas más visitadas de la localidad. En ese lugar tan recóndito se encontraba una amplia librería de dos plantas y dentro de ella, detrás del mostrador un señor con el pelo y barba blancos, que enseguida se sorprendió al vernos entrar. Preguntando por Emilio García, él respondió y aunque tampoco tenía mucho interés en ser grabado con las cámaras nos concedió una entrevista grabando solo el audio.

Tras conocer la historia del pueblo y el exitoso plan de rehabilitación que tuvieron los talleres durante sus años al frente de la alcaldía ya solo nos quedaba saber una cosa para poder cerrar la grabación de contenidos del reportaje. ¿Qué eran las Caravas? Emilio, con un gran entusiasmo y sorpresa al recibir tal pregunta, nos explicó que era el nombre que se le daba a la fiesta previa a la marcha de los pastores que se iban durante meses a realizar la trashumancia.
Resuelta nuestra duda, estuvimos un buen rato observando la gran variedad de libros (todos de segunda mano) que se encontraban en la librería. Emilio nos enseñó una sala contigua a esta donde hace años se realizaron conciertos en verano para fomentar el turismo de la zona. Después de este atracón de información e historia sobre el desconocido pero precioso y particular pueblo que habíamos ido a visitar nos dirigimos al coche con el sol poniéndose sobre los campos de Segovia y de esta manera, nos despedimos de las Caravas y Cabañas de Polendos.
Redacción Labor Laboris
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