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VIDRIO Y UNOS BUENOS PULMONES

  • Foto del escritor: Labor Laboris
    Labor Laboris
  • 1 may 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 12 jun 2024

El soplado de vidrio está en auge. La UNESCO lo declaró recientemente Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta profesión milenaria no es una cualquiera, es un arte.



El mundo se rodea en vidrio; vasos cristales, platos, tazas, aceiteras, esculturas y un sinfín de objetos son creados a través de arena puesta a una alta temperatura. Los restos más antiguos de vidrio datan de más de 5.000 años, esto indica que ya en la época del Antiguo Egipto, este material estaba muy presente en la sociedad. Alrededor del siglo I A.C. se descubrió un nuevo método para la fabricación de este elemento, el soplado de vidrio.


Este método ha llegado hasta nuestros días, en España aún quedan alrededor de cuatro o cinco maestros del soplado de vidrio, que, mediante arena fundida, hornos y unos buenos pulmones, dan forma a todo tipo de figuras. Uno de estos maestros es Diego, que, con treinta años de experiencia elabora en Cabañas de Polendos todo tipo de figuras mediante el soplado de vidrio. Él es la cuarta generación de una familia de sopladores y desde bien joven ha apreciado la profesión.


“El futuro del soplado está en auge”

“Durante los años 80 esto estuvo a punto de desaparecer…”

Aunque queden pocos maestros, Diego asegura que “el futuro del soplado está en auge”, esto se debe a que “la gente está empezando a apreciar la pieza única y artesana” y “las máquinas son más productivas pero el producto no es mejor”. Pese a que actualmente está en auge, esto no siempre ha sido así, y es que, según afirma el maestro del soplado “durante los años 80 esto estuvo a punto de desaparecer...” y de no ser por un par de fábricas y a la Real Fábrica de Cristales, probablemente esta profesión estaría completamente olvidada.


Algunas de las razones por las cuales el soplado de vidrio vuelve a estar considerado y valorado por la sociedad son el éxito mundial de la serie “Blown Away” que explica y enseña cómo se moldea el vidrio de una manera creativa e innovadora y, la reciente declaración del soplado de vidrio como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Esta segunda, según indica Diego ha ayudado a un incremento del número de visitantes al taller. Sin embargo, “por ahora no se ha recibido ningún tipo de ayuda estatal, pero está en trámite” indica el profesional.


“formarte día a día y seguir aprendiendo es maravilloso”

“…es como ser un Dios, somos creadores"

 

Diego lleva muchos años ejerciendo la profesión y él mismo indica que se sigue sintiendo fuerte y ágil, no obstante, esta profesión es muy exigente porque te obliga a “estudiar todos los días; materiales, composición, práctica, formas, combustibles…”. Todas estas cosas son los valores que transmite esta profesión, “formarte día a día y seguir aprendiendo es maravilloso”. El maestro de Cabañas de Polendos indica que “esto es felicidad, es un arte…tienes poder, es como ser un Dios, somos creadores”. Este tipo de libertad para poder hacer piezas de arte con vidrio y unos pulmones empieza a ser valorado por la sociedad española. Aun así, otros países aprecian esta profesión mucho más.


Alemania, República Checa, Hungría…son auténticos referentes en el soplado de vidrio. Allí, se encuentran FPs y cursos superiores que enseñan a jóvenes maestros a manipular el vidrio mediante el soplado de este. Sin embargo, aquí en España no está suficientemente valorado ni impulsado desde la educación básica como para que exista una FP para formar nuevos maestros.  Diego cree que la mejor manera de fomentar este arte es “desde pequeños, con los niños”. Es cierto que el vidrio es un material fácil de reciclar y si desde bien pronto se educase a los jóvenes acerca de la importancia de este elemento en el día a día y en nuestro planeta, quizá “a los niños les interesase más el soplado de vidrio”.





Esta profesión ha evolucionado en muchos aspectos, uno de ellos es la manera de comunicarse entre los propios maestros. Mientras que antiguamente se hacía entre biombos y con mucho secretismo para evitar que la competencia o los países de alrededor se copiasen del arte que se hacía, actualmente, gracias a las redes sociales es posible conectarse y compartir información entre los sopladores de vidrio que hay repartidos por el mundo. Diego cuenta que “existe una asociación de sopladores de vidrio de España” y que también se viaja mucho a otros países para compartir experiencias e información acerca de la profesión.


Una de las cosas más llamativas del soplado de vidrio es que la manera en la que se realiza no ha variado prácticamente nada desde que se empezó a realizar en el siglo I A.C. El material de la caña del soplado (ahora más moderno y resistente) y el combustible con el que se pone en marcha los hornos son los únicos cambios que ha habido desde los comienzos. El resto del proceso sigue siendo exactamente el mismo y esto es una de las cosas que destacan este arte como algo único.


El soplado de vidrio es Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, en España tenemos grandes talleres que se pueden visitar para conocer y valorar un poco más este arte. Una profesión única como esta debe ser considerada y apreciada no solo por la sociedad, sino por las instituciones. Si existiesen cursos, grados oficiales o algún tipo de escuela, conseguiríamos que esta profesión que hace unas décadas estuvo a punto de desaparecer en nuestro país, sea una referencia para muchas personas. Un arte tan histórico como este no merece ser desconocido por una sociedad que dispone de infinidad de herramientas para sentirse en contacto con el soplado de vidrio.


 

PASOS DEL SOPLADO DE VIDRIO

 

1. Se calienta el vidrio y se funde hasta que quede meloso como la miel en un horno potente.

 

2. Se le da forma mediante el soplado y con las diferentes herramientas en una banca de trabajo.

 

3. Durante este proceso se recalienta la pieza en un hornillo para que esta no pierda temperatura.

 

4. Por último, la pieza entra en un horno de recogido para que disminuya la temperatura lentamente. (Tarda 6 horas en bajar de temperatura).

 

Redacción Labor Laboris


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